Contra viento, lluvia y nieve: el positivo saldo que dejó Curacautín

La entidad corralera que preside Patricio Andrade organizó dos rodeos oficiales aprovechando la extensión del fin de semana largo, doble fecha que dejó un saldo más que positivo para la Asociación: todos los puntos quedaron en Malleco.

No hay mal que por bien no venga, aunque tarde. Así reza un adagio popular que bien podría resumir los tres días consecutivos de acción en las quinchas vividos en Curacautín.

Esto, porque la disputa de los dos rodeos oficiales no estaba originalmente planificada en un solo fin de semana: la primera de las fechas, el rodeo de Segunda Categoría, tipo Provincial en Series Libres organizado el 29 y 30 de octubre, estaba programado para mediados de mes, pero una previsión meteorológica que anunció la caída de una gran cantidad de lluvia hizo que los dirigentes locales optaran por suspender la competencia.

La decisión resultó ser un gran acierto ya que el pronóstico se cumplió a cabalidad, de lo contrario, habría sido un descriterio correr en una pista en la que se está trabajando rumbo al Rodeo Zonal Sur 2016.

En ningún momento amilanados por la suspensión, los dirigentes del Club Curacautín anunciaron entonces que, aprovechando el fin de semana largo de fines de octubre, casi como compensación, además del evento suspendido, programaban una segunda fecha para el lunes feriado 31; una calendarización que gustó a muchos, sorprendió a varios y comprometió la participación de las colleras mallequinas.

Así las cosas, dos semanas transcurrieron para limpiar aperos, preparar caballos y ahora sí, emprender rumbo por la intrincada ruta precordillerana que lleva hasta Curacautín, para que finalmente a las 09:30 horas del sábado 29 se escuchara por los altoparlantes: ¡En el nombre de Dios, vamos corriendo!

29 y 30 de octubre: rodeo de Segunda Categoría, tipo Provincial en Series Libres.

Bajo la jura de Juan Pablo Mozó, veinticinco colleras de la Asociación corrieron indistintamente en cada una de las cinco series libres que tuvo la competencia, premiando diecisiete de ellas para la Serie Campeones.

Con la elección de la yegua Tramposa montada por Héctor Patricio Palma como Sello de Raza, partió una final bastante peleada en la que no hubo escapados sino hasta la carrera de 7 unidades realizada por el Criadero Michalalhue con Mauricio Montoya y Elías Alfredo Gazaue en Don Cucho y Rania en el segundo novillo de la Serie Campeones, lo que dejó a la collera local con 12 positivos para enfrentar el tercer animal, cuatro puntos por sobre sus más cercanos seguidores.

Pero esos más cercanos seguidores, Héctor Patricio Palma y Marco Antonio Coulon en Aquí Estoy y Ganoso, acortaron distancia marcando también una carrera de 7 unidades, llegando a 15, quedando a solo un punto de sus coterráneos al finalizar el tercer animal.

Siete colleras de 8 positivos hacia arriba ingresaron a correr el novillo definitivo, en una batalla centrada en las dos parejas de Curacautín: el Criadero Michalalhue marcó 5 puntos buenos para llegar a 21, obligando a Palma y Coulon a realizar dos atajadas para arrebatarle el «requisito», pero también sumaron una carrera de 5 para quedar en 20, coronándose vicecampeones de la competencia.

Las otras cinco colleras, todas con parciales de 8 y 9 unidades, disputaron el tercer premio de la Serie Campeones. Finalmente, fueron los ercillanos Carlos y Jean Carlos Schnake en Huaso Bruto y Carapito quienes bailaron esta cueca, al sumar 6 positivos para llegar a 15.

31 de octubre: rodeo de Segunda Categoría, tipo Provincial de Un Día.

Finalizada la premiación, muy pocos participantes cargaron aperos y caballos y se marcharon del recinto, ya que una nueva competencia comenzaba a las 08:30 horas de la mañana siguiente.

Veintitrés colleras en la Primera Serie Libre y veinte en la Segunda disputaron los veinte premios disponibles para acceder a la final de la tarde, bajo la jura de Marcelo Guerra. Sólo premiaron quince, lo suficiente y reglamentario para la validez de este rodeo de Segunda Categoría, tipo Provincial de Un Día.

Apurando el tranco para evitar una lluvia inminente que estuvo precedida por un fuerte viento y un cielo amenazante desde temprano, a las 15:30 horas fue elegida como Sello de Raza la ejemplar Altiva montada por Mauricio Montoya.

Las colleras se apegaron al apiñadero, salió el primer novillo del toril y se largó el agua.

En un primer animal bastante parejo, la carrera más grande corrió por cuenta de Juan Carlos y Jorge Loyola en Cuspe y Recuerdo, quienes anotaron 7 puntos buenos.

Avanzada la tarde, con viento, lluvia y frío como invitados estelares, seis colleras de 6 unidades hacia arriba accedieron al cuarto novillo de la final, destacando la faena de Carlos y Jean Carlos Schnake en Huaso Bruto y Carapito que encabezaban la planilla con 15 positivos. Más atrás, Boris Cabezas y Gabriel Uribe en Canallita y Diamante, el Criadero Michalalhue con Mauricio Montoya y Elías Alfredo Gazaue en Don Cucho y Rania, y Loyola-Loyola aparecían con parciales de 12, 10 y 11 puntos respectivamente, con serias posibilidades de desfilar detrás del Capataz.

Los collipullenses Cabezas y Uribe sólo sumaron una unidad para quedar en 13, misma cifra a la que llegaron Loyola y Loyola, por lo que los ercillanos Schnake y Schnake cerraron el cuarto animal «corriendo ganados»: con la bonificación por un correcto trabajo de apiñadero y sin mayores complicaciones, totalizaron 16 positivos, alcanzando el preciado «requisito», bailando cueca por segundo día consecutivo.

En un novillo extra corrido bajo unos goterones bastante gruesos y blanqueados, Loyola y Loyola se encumbraron a la segunda posición, mientras que Uribe y Cabezas bailaron la cueca correspondiente al tercer lugar, premiación que tuvo que desarrollarse en el casino ya que a esa hora la pista de la medialuna estaba completamente cubierta de nieve.

Así, con la satisfacción de los organizadores por haber sacado adelante dos fechas oficiales en tres días, probando las condiciones de una pista que se fue afirmando con cada carrera y que soportó muy bien el agua caída durante la Serie Campeones de la última competencia, y con el dulce sabor de boca que dejó el hecho de que todos los puntos quedaran en Malleco, se cargaron aperos y caballos y se emprendió el retorno, porque aunque hubo que aplazar las ganas de salir a correr dos semanas, el saldo que dejaron los tres días de fiesta huasa en Curacautín fue más que positivo.

Como dicen por ahí, no hay mal que por bien no venga, aunque tarde.

> Revisa un álbum de fotografías del primer rodeo oficial pinchando aquí y un álbum de fotografías del segundo rodeo oficial pinchando aquí.

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