Las sonrisas que la hipoterapia dejó en Traiguén

La semana pasada se puso término al Proyecto «Terapia Deportiva con Caballo» financiado por el Gobierno Regional de La Araucanía y llevado a cabo por socios del Club Traiguén, iniciativa que sólo deparó sonrisas durante su ejecución.

Todo comenzó el miércoles 06 de abril, fecha en que se dio el vamos a una alianza entrañable: niños con capacidades diferentes y el caballo chileno.

Aquella jornada, en las instalaciones del Club Traiguén, se dieron cita autoridades locales, socios de la entidad corralera, voluntarias de la agrupación Damas de Lila y alumnos de la Escuela Especial Las Lilas, quienes con esperanza, ganas y algún grado de incredulidad, lanzaron el Proyecto «Terapia Deportiva con Caballo» financiado por el Gobierno Regional de La Araucanía, dirigido a 39 estudiantes del establecimiento.

Ejecución, por Susana Rose.

Los niños con capacidades diferentes son exactamente eso, diferentes según los cánones que la sociedad determina arbitrariamente como normales, pero, a su manera, demuestran sus cualidades y nos enseñaron a vivir la hipoterapia, proceso donde el animal se transforma en protagonista, entregando beneficios directos por medio de su contacto y la característica de su marcha.

Antes de «echarlos a la montura», el tratamiento principió con dos ejercicios sencillos muy importantes: acercamiento a nivel de suelo y suministrar alimentación con la mano, acciones que no obstante parecer menores, permitieron que los jóvenes agarraran confianza, evaluándose sus temores y otros aspectos como coordinación, déficit muscular y equilibrio.

Tras ello se desarrollaron varias actividades, las que en gran medida nacieron de los mismos usuarios y sus necesidades: en un comienzo guiaron al caballo de tiro, experimentando autonomía ya que decidieron hacia dónde ir, forjando liderazgo y mejorando su autoestima. Después cabalgaron con fines de relajación, lo que les proporcionó bienestar a través de la vibración del tranco y el contacto con el pelaje.

Se usaron elementos didácticos como pelotas, aros y argollas para trabajar la motricidad; también hubo caminatas con manejo de riendas, acrecentando su albedrío. Y finalmente se bregó en la dirección del animal de forma independiente, surgiendo instintos de alerta y responsabilidad, fraguando una operación grupal que dio pie al depósito de confianza entre pares.

Más beneficios y beneficiarios de lo esperado.

Por una parte están los logros objetivables, aquellos que en hipoterapia dicen relación con fortalecer funciones de coordinación, equilibrio, lenguaje y musculoesqueléticas, existiendo resultados palpables. Y por otro lado emergen los cambios subjetivos, de conducta y personalidad, observados paso a paso, en terreno, que de seguro repercutirán en su vida diaria.

La colaboración alcanzada por el Club Traiguén con las Damas de Lila y la Escuela Especial Las Lilas fue exitosa en muchos ámbitos, exhibiendo una faceta adicional del caballo chileno a la comunidad que exalta su excelencia y nobleza ya que este proceso se realizó con tres yeguas corraleras activas, las que mostraron gran sensibilidad y disposición para integrarse al tratamiento.

Pero hubo más beneficiarios: los socios de la institución que se abocaron a la tarea (Roberto Aguilar, Joanna Mena, Héctor Millar, Susana Rose, Víctor Manuel Sáez y Karina Yubini), quienes gozaron y recibieron la alegría de los involucrados, los que en la medida de sus capacidades diferentes, agradecieron cada sesión. Una labor que definitivamente se hizo con el corazón.

Hace cinco días, después de seis meses de ejecución, habiéndose cumplido cabalmente las finalidades y fechas propuestas, todas las personas y agrupaciones implicadas se dieron cita nuevamente en las instalaciones del Club Traiguén para poner punto de término al Proyecto «Terapia Deportiva con Caballo», una iniciativa que sólo deparó sonrisas.

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